martes, 25 de septiembre de 2012

La cultura es el florecimiento de la verdadera naturaleza de cada persona.


Las instituciones que conforman la sociedad humana nos tratan como "piezas" de un mecanismo. Nos asignan funciones y ejercen todo tipo de presiones para que cumplamos con los papeles atribuidos. Necesitamos algo que nos ayude a integrar nuevamente nuestra naturaleza perdida, distorsionada.
Todos tenemos sentimientos que nos hemos visto obligados a ahogar, pero que mantenemos vivos en nuestro interior. Hay un grito silencioso, escondido en lo más hondo de nuestra alma, que pugna por brotar y expresarse. Lo que da voz y materia a esos sentimientos no es otra cosa que el arte.

Daisaku Ikeda.